Aunque pueda parecer que son dos órganos que poco tienen que ver, el intestino y el cerebro están estrechamente relacionados y se afectan mutuamente. Tan es así, que al intestino se le conoce como el “segundo cerebro”, pues no en vano muchas de las emociones tienen efectos en la zona abdominal y sentimientos como tristeza, ira, nerviosismo, miedo y alegría se pueden sentir en el intestino, además de que algunas de ellas pueden estancarse tanto en el aparato digestivo como en otros órganos del cuerpo en forma de toxinas.
Por esta razón, los desequilibrios emocionales ocasionan malestar o desarmonía en el intestino y en el cuerpo en general; y de igual manera, los problemas físicos en el intestino pueden causar desequilibrios en la mente y las emociones.
Los traumas del pasado, por ejemplo, también tienen un efecto sobre el sistema nervioso y el intestino. Un estudio realizado por la Universidad de Columbia descubrió que las experiencias traumáticas de la infancia pueden causar problemas estomacales o intestinales, los cuales pueden manifestarse en la edad adulta como problemas mentales o emocionales.
Esto se debe a que, si hay viejas emociones que previamente han sido suprimidas, pueden quedar atrapadas o alojadas en el cuerpo, en forma de toxinas, malestares y enfermedades, hasta que se trabajen, se procesen y estén listas para ser liberadas.
Por esto hay personas que sienten dolor, ira, tristeza y ansiedad en el intestino o en el estómago. Algunos síntomas de estrés que pueden manifestarse en el intestino incluyen cólicos, diarrea, estreñimiento, náuseas, síndrome del intestino irritable, úlceras estomacales, entre otros.
Las emociones como el miedo, la tristeza, el estrés y la ira pueden afectar al intestino, ya que la energía que conducen a través del cuerpo puede aumentar o disminuir los movimientos del intestino y los contenidos dentro del mismo, lo cual hace que el sistema digestivo sea susceptible a la inflamación, el dolor y otros malestares cuyo origen está en las emociones, especialmente en aquellas que no fluyen y permanecen estancadas.
Entonces, al abordar los malestares tanto del cuerpo como de la mente hay que hacerlo desde una perspectiva holística, en la que el ser humano se conciba como un todo conformado por cuerpo, mente, emociones y espíritu, para así encontrar y solucionar la verdadera causa del malestar, considerando el papel que juegan las emociones en él.
Para poder sanar, esas emociones estancadas deben sentirse lentamente con ayuda de la atención plena, para que puedan moverse a través del cuerpo y luego ser desechadas y liberadas.
Esa acumulación de emociones en el cuerpo, y especialmente en el intestino, puede liberarse a través de procesos de descanso, relajación, terapia y a través de técnicas como la sanación canalizada, que forma parte del retiro de Detox que ofrecemos en Shambalanté, donde aprenderás a ser consciente de las emociones, los pensamientos y las toxinas que tienes almacenados en los distintos órganos y tejidos del cuerpo, para que puedan ser eliminados utilizando al intestino como puerta de salida.
Este retiro es único en su clase, al conjuntar transmisiones canalizadas de sanación, con alimentación limpia, suplementación, movimiento, meditación, técnicas ancestrales de purificación intestinal y relajación. De esta manera, lograrás trabajar con tus cuerpos físico, mental, emocional y energético, para que se vuelvan a equilibrar y sanen.
Tenemos disponibles los retiros de 7 días de detox y sanación canalizada y 14 días de detox y sanación canalizada. Encuentra más información y los formularios de registro en este enlace.