El incienso es muy utilizado como elemento de purificación durante prácticas, rituales y ceremonias de tipo espiritual, religioso y esotérico. Sin embargo, aunque se le atribuyen propiedades benéficas para armonizar la energía de los lugares al atraer la positiva y eliminar la negativa, la realidad es que su humo no es inocuo y puede llegar a afectar la salud si no se usa adecuadamente o se utiliza en exceso.
Lo más importante para que el incienso cumpla con sus funciones sin afectar la salud de quienes lo usan es que los materiales con los que está hecho sean naturales. Así, los olores de hierbas, flores e ingredientes naturales son los más efectivos, por lo que un incienso de buena calidad debe estar hecho de la mezcla de plantas aromáticas, aceites, flores y resinas.
Debido a que el uso del incienso se ha extendido y para abaratar los costos de producción, es habitual que los fabricantes sustituyan algunos de estos elementos naturales por aceites minerales o sintéticos y otras sustancias.
Pero incluso al usar incienso completamente natural, el humo contiene partículas tan finas que pueden penetrar fácilmente en los pulmones y provocar enfermedades, por lo cual es necesario tomar ciertas precauciones para disfrutarlo sin que se llegue a convertir en un riesgo para la salud.
Elige el incienso natural en vez del artificial
El humo de las varitas de incienso sintéticas es potencialmente tóxico, pues puede contener sustancias peligrosas para tus pulmones y vías respiratorias, como hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), formaldehído, derivados del nitrógeno, polvo de carbón, colorantes y aromas artificiales.
Para distinguir el incienso natural del sintético, fíjate en el país de origen. Los originarios de China, Tailandia, Bangladesh e Indonesia suelen ser sintéticos, y por consecuencia, también son los más baratos. En la India se pueden encontrar tanto de buena como de mala calidad, por lo que tendrás que fijarte en la etiqueta y el precio. Por último, los mejores suelen ser los originarios de Japón, Nepal y el Tíbet.
El aroma de los inciensos naturales es más sutil, mientras que el del artificial es más penetrante. Y mientras que los artificiales suelen tener más colores y tonos vivos, los naturales no suelen tener color.
Fíjate en el color y la cantidad de humo
Los inciensos hechos con ingredientes naturales generan un humo de color claro, mientras que aquellos que tienen ingredientes artificiales emiten un homo oscuro; mientras más oscuro, peor es su calidad.
Otro factor es la cantidad de humo que emite. Los inciensos de buena calidad generan poco humo, mientras que los de mala calidad producen una mayor cantidad. Así que si el humo es oscuro o está muy concentrado, es mejor que lo apagues y busques una mejor opción.
Úsalo por periodos cortos y en ambientes ventilados
Cuando uses incienso, hazlo en espacios ventilados y no lo dejes quemar por más de 3 horas. Una vez que lo apagues, deja las ventanas abiertas para que el espacio se ventile, el aire fluya y el humo no se estanque, pues el exceso del mismo podría afectar tus vías respiratorias.
Cuando se quema incienso es recomendable tomar las mismas precauciones que cuando se enciende una vela: colocarlo sobre superficies estables, donde no haya riesgo de que se caiga, que no sean de materiales inflamables y no dejarlo quemar en una habitación sin supervisión.
Una recomendación importante es evitar quemar incienso donde haya niños, sobre todo si son bebés, ya que sus pulmones son mucho más vulnerables al humo y las sustancias tóxicas que contiene.