Es una experiencia transformadora que combina los beneficios de la purificación tradicional con la poderosa energía de esta fase lunar
Cada fase de la luna tiene su propio significado espiritual y energético, y comprenderlo puede ayudarnos a alinear nuestras prácticas espirituales con su poder natural.
En muchas tradiciones espirituales, el fuego representa la purificación, la pasión, la destrucción de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo.
Esta práctica es un ritual donde se honra la tierra, se reconoce nuestra interdependencia con la naturaleza y se celebra el ciclo de la vida.
Para los mayas, los cenotes eran fuentes de vida y eran considerados sagrados, puertas al inframundo y centros de comunicación con los dioses.
La Epifanía, que en griego significa “manifestación” o “revelación”, celebra la revelación de Dios en forma humana a través de Jesucristo.
El solsticio marca el inicio del invierno y representa un momento de reflexión, introspección, renovación y esperanza.
La Navidad posee un significado espiritual profundo, que invita a la reflexión, la conexión, la renovación y la transformación interior.
Es un estado de conciencia elevado que se asocia con la realización y manifestación del amor divino, la sabiduría y la unidad con Dios.
Es una práctica que permite conectar con nuestro ser interno, liberar traumas y estrés, y guiarnos hacia un estado de paz y armonía.