Las plantas sagradas ofrecen ventanas a lo divino, proporcionan curación y fomentan la conexión con el mundo espiritual.
El cacao es una fuente de bienestar holístico que nutre el cuerpo, calma la mente y eleva el espíritu.
Civilizaciones como los mayas y aztecas consideraban al cacao como un regalo divino, un símbolo de vida, fertilidad y abundancia.